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La inclusión de Berta Cáceres en el nuevo billete de 200 lempiras ¿le hace justicia a su legado?

La presencia del rostro de Berta Cáceres en el nuevo billete de 200 lempiras simboliza un momento histórico en la búsqueda de justicia y reconocimiento para la lucha de los pueblos indígenas. Berta Cáceres fue mucho más que una lideresa indígena; fue una defensora de los derechos de los pueblos indígenas, una voz incansable en la lucha contra la privatización de los recursos naturales. Su vida y su legado están intrínsecamente ligados a la lucha por la justicia social y ambiental en Honduras y más allá.

Berta Cáceres será la primera mujer en la historia de Honduras en figurar en un billete, esto es un hito histórico que no debe pasarse por alto. Representa un reconocimiento a las mujeres que han desempeñado roles destacados en la historia y la cultura de nuestro país. 

Para COPINH, este gesto es un acto de memoria histórica. Es un reconocimiento merecido a su legado de resistencia y lucha en la defensa de los derechos humanos, la tierra y el medio ambiente. Su inclusión en el billete de 200 lempiras no solo perpetúa su memoria sino que difunde sus ideas.Berta fue una luchadora incansable que difundió con la palabra y el ejemplo el compromiso con su país por contra la privatización de los servicios básicos, que defendió a las mayorías olvidadas por el Estado, especialmente a las personas empobrecidas.

Sin embargo, mientras reconocemos este hito histórico, reiteramos la necesidad urgente de reivindicar y dignificar aún más la figura y el legado de Berta Cáceres. Esto incluye la confirmación de las sentencias de las 8 personas involucradas en su asesinato y la búsqueda de justicia para aquellos responsables materiales de su asesinato. Solo mediante la confirmación de las sentencias y la rendición de cuentas podemos verdaderamente honrar su legado y continuar su lucha por la justicia y la igualdad en Honduras.

Es fundamental destacar que el tiempo transcurrido desde el inicio del proceso ha alcanzado un punto crítico, y la demora en resolver el caso está teniendo un impacto negativo en las víctimas y en la búsqueda de justicia. La tardanza en resolver este caso envía un mensaje preocupante a nivel nacional e internacional, poniendo en duda la capacidad del sistema de justicia hondureño para actuar de manera efectiva y garantizar el cumplimiento de los derechos fundamentales.