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Que es COPINH

Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH

Con miras a constituirse en un referente unitario del movimiento popular del departamento de Intibucá, la lucha en defensa del medio ambiente, el rescate de la cultura Lenca y para elevar las condiciones de vida de la población de la región, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) se funda el 27 de marzo de 1993.
El COPINH es una organización social y política sin fines de lucro, indigenista y pluralista, amplia, solidaria y unitaria de la zona sur-occidental de Honduras con incidencia nacional. Es una instancia que facilita la reivindicación y reconocimiento de los derechos políticos, sociales, culturales y económicos, impulsando el mejoramiento de las condiciones de vida de los pueblos y comunidades indígenas de Honduras. Es además, un espacio generador de debate y análisis constante de la coyuntura regional y nacional, que impulsa acciones y propuestas de manera permanente

La historia del COPINH ha sido un encuentro con su pueblo e identidad. Cuando, en 1990 se firman los Acuerdos de Paz en El Salvador, se pone fin a un conflicto que también involucró a Honduras, comenzando la desmilitarización de la zona sur-occidental, que poco a poco se tradujo en un incremento de la participación ciudadana. Varios sectores sociales comenzaron a levantarse pero las organizaciones populares eran casi inexistentes. Es así como se funda Acción Cultural Ecológica de Rescate (ACER), una organización que aunque con buenas intenciones, poseían poca experiencia organizativa y claridad de objetivos. Al poco tiempo surge en el departamento de Intibucá, el Comité Cívico de Organizaciones Populares (COPIN), para unificar lo que iba surgiendo del movimiento popular.
El 1 de mayo de 1993, el COPINH convocó a una marcha de trabajadores sin precedentes en la historia de la ciudad de La Esperanza, protestando por los altos costos de la canasta básica, reclamando la defensa del bosque y la cultura, y por el arreglo de las calles y alcantarillado de la ciudad. En esa ocasión, las demandas eran de aspectos básicamente urbanos, pero mucha de la gente que acudió a la marcha, era más de las zonas rurales. Ese mismo año, cuando se organizaba la Semana de la Soberanía, se evidenció que la organización caminaba por un lado distinto a las demandas del sujeto social principal, el indígena, por lo que entraron en un periodo crítico: “estábamos padeciendo los dolores de dar a luz nuestra propia identidad”

Esta crisis organizativa no impidió la permanencia de jornadas de reflexión sobre la realidad local, regional y nacional, a la par de varias experiencias de reivindicaciones en distintos sectores de la región. Estas experiencias develaron una cara antes oculta del movimiento popular que se gestó, su cara indígena, y que le dio un sentido de identidad nunca antes sentida:
El momento era excepcional: nosotros queríamos llegar a las comunidades y las comunidades querían encontrar espacios a través de los cuales canalizar sus demandas. Ello cambió el rumbo de COPINH, como una instancia política aglutinadora, ya no tanto de organizaciones populares tradicionales, sino de comunidades. Nuestras manifestaciones se hicieron más beligerantes y en cada
ocasión los campesinos(as) de origen lenca bajaban de las montañas y llegaban luego de caminar horas y horas desde sus aldeas. Con la primera Peregrinación por la Vida, la Libertad y la Justicia logramos dos resultados fundamentales: en lo interno, definimos cuál es el sujeto social principal de trabajo para COPINH, y en lo externo, logramos el reconocimiento por parte de las autoridades gubernamentales de los derechos de los pueblos indígenas.
A partir de entonces, la organización es una suma de bases que provoca nuevos conflictos pero también nuevas dinámicas. En 1995, el COPINH consolida su tendencia de ser un movimiento social con clara orientación indígena, fomentando y canalizando su participación, sus reclamos para mejorar sus condiciones de vida, por establecer vínculos de solidaridad con otras etnias y por ligar lo regional a lo nacional. Su relación con el Estado y las élites ha sido de tensión, confrontación y de denuncia permanente. Sin embargo, se han acercado en casos excepcionales a algunos funcionarios para cabildear y entablar alguna negociación en temas puntuales.
Esta tensión puede explicarse en una diferencia fundamental de concebir y practicar la política. Para esta organización, la política abarca cada aspecto de la vida cotidiana. Está explícita en sus demandas, propuestas, relaciones, solidaridades, voces, estrategias, alianzas, objetivos, sus debates, crítica y autocrítica. Es, sobretodo, una política que tiene que ver con su propia construcción de conceptos y conocimientos, que son afines a su cultura e identidad y con la cual buscan empoderarse y alzarse contra la injusticia.
Esto explica que ante la implementación de políticas que han dañado enormemente a las comunidades indígenas hondureñas, el COPINH se haya declarado totalmente en contra del Plan Puebla Panamá (PPP), el Plan Colombia, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el Tratado de Libre Comercio (TLC), la Organización Mundial del Comercio (OMC), el FMI, BM, BID y otros organismos financieros internacionales. Ellos advierten que son los mismos que les han implementado nociones como la de la misma democracia. Así lo cuenta Berta Cáceres5, de la Comisión Ejecutiva y miembra fundadora del COPINH:
La democracia, es una palabra traída, que se ha aplicado por mucho tiempo y para diversas cosas, y tenemos cuidado con eso, por que ¿bajo qué concepto de define la democracia?, ¿la democracia del norte?, ¿la gringa?, ¿la europea?, ¿la de la ONU?, ¿la del BM-FMI y demás hierbas? Son quienes han querido que aceptemos que son los únicos autorizados para definirla, imponerla y ‘aplicarla’. Nosotros queremos practicar la que bajo nuestros conceptos entendemos, y así nos esforzamos por
aplicarla, con horizontalidad, transparencia, con capacidad de crítica, reflexión y debate, y por ello en nuestros métodos organizativos, estratégicos, mantenemos desde que surgió el COPINH, esa idea y esfuerzo por aplicar de manera constante en todos los niveles de las estructuras del COPINH, como en las asambleas generales, comunitarias, departamentales, con reglamentos y estatutos que nos
marquen la coherencia al respecto. Obviamente tenemos retos y por ellos el proceso de formación política, la construcción de la equidad, la inclusión y de principios es clave en el COPINH (Cáceres).

Así, el COPINH cree que para elevar la participación y toma de decisiones, desde la perspectiva indígena, es imprescindible apoyar la equidad de género y denunciar cualquier atropello contra las mujeres. Considera que su mantenimiento como una organización beligerante debe basarse en la capacidad de movilización, diálogo y negociación. Para tal cometido, es importante que sean parte de las coyunturas locales, nacionales e internacionales en función de los temas estratégicos del COPINH y los temas que ocupan a los pueblos hondureños, centroamericanos, caribeños y latinoamericanos en contra de las políticas neoliberales.
Para las comunidades miembros del COPINH, la cultura es la valorización de sus prácticas e historias heredadas por sus antepasados. Es una cultura comunitaria, indígena, popular, espiritual: “es la práctica de nuestras composturas o agradecimientos a la tierra, al rayo, a la lluvia, a las milpas, la celebración de el Guancasco, el conocimiento y práctica de la medicina natural, el reconocimiento de nuestros territorios” (Cáceres). Por ello, la naturaleza tiene un significado sagrado, ya que es donde se encuentran los recursos naturales que los mantienen y permiten su sobrevivencia.
En la cosmovisión indígena, la relación del hombre con la naturaleza, su forma de convivir con ella y respetarla, se crean reglas propias para la conservación y el uso sostenible de recursos. También la defensa de esa cultura se asocia a otras formas de comercio como el trueque, el préstamo de alimentos, etc. Muchas veces, la defensa de esos recursos les ha valido a las comunidades la persecución, represión, cárcel e incluso la vida. Es esto que comprueba la importancia de la existencia de un movimiento como este en el contexto Hondureño, un espacio donde puedan generarse alternativas, donde exista la defensa de los derechos de las comunidades, y un canal de expresión para las voces indígenas de la región, lo cual es una necesidad surgida ante la aguda problemática que se padece en Honduras.

La organización también forma parte de la recién creada Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, que aglutina la mayor parte de las organizaciones indígenas, negras, de mujeres, patronatos, estudiantes, magisteriales, campesinas y otros sectores populares como sindicatos del sector público. Esta coordinadora se formó para confrontar varios problemas en el país como las leyes impulsadas por el Fondo Monetario Internacional, tales como la privatización del agua y la degradación de los bosques. Es ahí donde logran articular sus propuestas y visiones, organizando acciones concretas tanto en ese espacio como en la Coordinadora Departamental de Resistencia Popular de Intibucá.
Las luchas del COPINH están concentradas en siete temas principales: medio ambiente, educación, salud, mujeres, jóvenes, comunicación y luchas internacionales.

NUESTRA ESTRUCTURA

La Coordinación General del COPINH está compuesta por 16 personas, que ocupan los cargos de las siguientes coordinaciones: General, Organizción, Actas, Finanzas, Fiscalía, Juventud, Educación, Género, Tierra y Medio Ambiente, Comunicación, Disciplina y Seguridad, Cultura, Salud, Asuntos Legales, Proyectos y Asuntos Internacionales. Esta coordinación se elige en una asamblea bianual, donde están representadas todas las comunidades Lencas del Copinh. La Asamblea es a maxima autoridad. Por estatuto la representación es paritaria, 8 mujeres y 8 hombres. En la coordinación actual recien electa son 3 mujeres las que quedaron en los cargos de decisión dentro de la Coordinación General. Las decisiones se toman de forma colegiada.

ALGUNOS OBJETIVOS

.- Elevar las condiciones de vida de las comunidades indígenas lencas, campesinas y urbanas pertenecientes al Copinh por medio de la ejecución de proyectos económicos, sociales y políticos
.- Mantener al COPINH como una organización con iniciativa y capacidad de movilización, diálogo y negociación en función de sus temas de trabajo, tales como las Privatizaciones de los servicios públicos, la defensa del bosque y la biodiversidad, la Cosmovisión Indígena, la defensa de la territorialidad indígena, del Agua, marcos jurídicos, etc. sin que se lesione el ser, la misión y el hacer del COPINH.
.- Impulsar un proceso para elevar la participación y toma de decisiones de las mujeres (en plural) hasta alcanzar la equidad de género. Denunciar el atropello contra las mujeres.
.- Desarrollar la comunicación popular y las radios comunitarias
.- Lograr la educación y la capacitación para las comunidades indígenas lencas
.- Luchar por el derecho a la salud, en particular el derecho a la salud de las mujeres
.- Promover y defender los Derechos Humanos. Desarrollar y gestionar proyectos de DD.HH en pro del desarrollo de nuestras comunidades.
.- Difundir y proteger la cultura Lenca.
.- Organizar a la juventud y combatir las drogas y el alcohol.
.- Fomentar la participación ciudadana y proponer desde la perspectiva Indígena y Popular un Proyecto de Desarrollo Humano y Ecológico, en el marco de la visión de los pueblos indígenas.
.- Mantener una actitud Crítica y Propositiva del COPINH frente a la realidad nacional.

Con la finalidad de preservar el medio ambiente, el COPINH genera acciones que permitan una estrecha vigilancia y defensa de los recursos naturales, como el bosque, el agua, la tierra, los minerales, la flora y fauna de la región. Para ello, exigen el cumplimiento de las leyes de protección al medio ambiente y los recursos naturales, y realizan propuestas de leyes para su protección. En cuanto al agua, rechazan su privatización y la construcción de represas hidroeléctricas. Para la tierra, promueven e impulsan la legalización y titulación comunal de la tierra e implementación del reglamento sobre el uso y tenencia de la misma.

De la misma manera, están en desacuerdo con la introducción de alimentos transgénicos, ya que consideran que atentan contra su autonomía. Es por eso que luchan por el rescate de las semillas criollas y el mantenimiento de una agricultura sostenible, que forma parte de una herencia y cultura antepasada.

Para fortalecer, rescatar y desarrollar la cultura indígena y popular y contribuir a la edificación de la identidad nacional, la organización desarrolla una Escuela de Formación de Maestros Lencas y una Escuela de Formación de Líderes. El objetivo es desarrollar programas y proyectos educativos productivos que permitan la participación de sus bases elevando su formación, capacitación técnica y por consiguiente sus niveles de vida. Estos programas están manejados por el Equipo Nacional de Educación del COPINH, compuesto por doce personas, y donde el primer responsable es el Coordinador de Educación.

La Escuela de Formación de Maestros Lencas en educación intercultural bilingüe es un programa organizado por el COPINH en concertación con el Ministerio de Educación, que busca la reapropiación de su educación, cultura, lengua y costumbres, y que además, llegue a las comunidades más alejadas. El proyecto se creó en el 2003 y cuatro años después se graduaron los primeros 85 maestros indígenas. A través de múltiples negociaciones con el Ministerio de Educación, lograron que cada uno de los alumnos que se gradúan de la escuela tenga una plaza asegurada.

La Escuela de Formación de Líderes Catalino Benitez comenzó en el 2004 contando con unos 70 alumnos que asisten a capacitaciones cada cuatro meses sobre gestión de proyectos comunales, gestión en titulación y recuperación de tierras, por ejemplo. Estos alumnos son nombrados por cada comunidad y cada uno de ellos tiene en su comunidad un círculo de estudios y acción de unas doce personas, con quien comparte la capacitación que recibió.

Con esta forma de organización han llegado a ser más de 800 personas capacitadas.
El grupo de mujeres llamado Guinakirina, es un proyecto de taller-tienda para mujeres indígenas del COPINH. Esta iniciativa es un paso hacia la autogestión de proyectos para mujeres sobre alternativas económicas, empezando desde el rescate de su propia cultura indígena Lenca, hasta encuentros entre mujeres para enfrentar las amenazas que les representa el modelo económico neoliberal. Se ha desarrollado un espacio por y para las mujeres de las comunidades, en donde mientras se realizan trabajos manuales de artesanía y manufactura indígena, se tratan en grupo las temáticas y problemáticas cotidianas de las mujeres, en donde se buscan soluciones y solidaridad entre ellas, además de levantarles el autoestima hablando sobre el rol de las mujeres en la organización, por ejemplo.

En cuanto a la salud, el COPINH quiere proteger y rescatar la medicina tradicional que caracteriza a sus culturas ancestrales y conocimientos sobre plantas medicinales. Asimismo, también ha logrado gestionar ante la Secretaría de Educación, la apertura de un curso de enfermería en la cual están participando 30 miembros de la organización. Al graduarse de auxiliares de enfermería, éstos tienen la responsabilidad de procurar por la salud del pueblo Lenca con el rescate de la medicina natural, y de brindar el apoyo a las comunidades indígenas donde se sufre por la falta de servicios de salud.
Para los jóvenes, la organización ha creado el Movimiento de Acción al Rescate Juvenil (MAR-J), que nace en la ciudad de La Esperanza. Es un movimiento dirigido e integrado por jóvenes en pro del desarrollo de la juventud. Su objetivo es abrir espacios recreativos para la juventud del departamento de Intibucá, el rescate de la cultura e integración de los jóvenes en las labores sociales y de sensibilidad humana.

Como una contribución al fortalecimiento y el desarrollo del movimiento social hondureño e internacional, el COPINH participa en foros, encuentros, redes, campañas, convenios internacionales y proyectos que los han proyectado importantemente dentro y fuera de su región. A nivel internacional, pertenecen a la Convergencia de Movimientos y Pueblos de las Américas (COMPA), al Frente Mesoamericano Contra Represas, a la Red Latinoamericana por el Agua y los Ríos, a la Campaña Mundial de Boicot contra el Banco Mundial, a la campaña contra las IFIs, a la Campaña de Desmilitarización de las Américas CADA, a la Red de Comunicación Centro Americana, a la campaña Centroamericana por la Soberanía Alimentaría y contra Transgénicos. Además han realizado giras, reuniones y visitas dentro y fuera de Honduras para intercambiar experiencias, realidades, trabajo y
fraternidad. También han plasmado muchas acciones de solidaridad y demandas en diferentes
causas comunes del movimiento social a nivel continental y global.

Desde su nacimiento, el COPINH ha dado pie a una reformulación de la modernidad en tanto que ellos mismos como organización retomaron el sentido de identidad como indígenas y a partir de ahí generaron toda una serie de reivindicaciones que guiarían su paso por mejorar sus condiciones de vida. Es un movimiento que regresa a esa raíz y redefine su quehacer y su andar conforme a una cultura y tradiciones definidas que van rescatándose en todas sus áreas de lucha.
Su política antineoliberal lo ha llevado a formular estrategias de desarrollo alternativo; es decir, una reconstrucción en lo económico, pero sobretodo, una lucha constante por la democratización social y una autonomía política. Los indígenas lencas reivindican sus derechos civiles y humanos y no sólo eso sino que sean implementados con calidad. Generan sus propios espacios de decisión y constantemente luchan contra la exclusión a la que han sido sometidos por cientos de años. Con cada una de sus acciones proponen un sistema político y económico distinto, además de presionar constantemente a las instituciones y el Estado para conseguir legal y legítimamente sus reivindicaciones, y para que su voz sea realmente tomada en cuenta.

Este accionar se ha concretado en los siguientes logros:
el COPINH ha logrado la cancelación de 36 aserraderos industriales en los departamentos de Intibucá, Lempira y La Paz; ha creado los municipios indígenas de San Francisco de Opalaca y de San Marcos de Caiquín, en los departamentos de Intibucá y Lempira respectivamente; ha conseguido que el Estado de Honduras ratificara del Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en junio de 1994 y ha creado el programa nacional de educación para las etnias autóctonas de Honduras PRONEAH.
Igualmente logró gestionar las aperturas de carreteras a los municipios de San Francisco de Opalaca, la titulación de tierras para, al menos, 100 comunidades Lencas. También hizo la suscripción del Convenio de Camanejo Lenca del refugio de vida silvestre de Montaña Verde, así como la aprobación de planes municipales de manejo forestal en los municipios de Yamaranguila e Intibucá. Asimismo, mantiene su resistencia para evitar la construcción de la represa El Tigre en la frontera Honduras – El Salvador.
El COPINH ha conseguido mantener la beligerancia del pueblo Lenca mediante diferentes movilizaciones con miles de personas de sus comunidades. Ha mantenido una denuncia constante sobre las violaciones a los derechos humanos inherentes a las comunidades indígenas de Honduras. Esa denuncia se ha dado a conocer públicamente y de forma constante mediante el desarrollo de un programa radial llamado Ecos de Opalaca, y ahora cuentan con su propia estación de radio llamada La Voz Lenca.
Igualmente, desarrolla un programa de gestión popular e indígena con enfoque de género, y se promociona la participación de las comunidades Lencas en espacios como los cabildos abiertos municipales. El COPINH junto a otras organizaciones detuvo la pretensión de reformar el Artículo 107 de la Constitución de la República e impidió que el Congreso Nacional reformara la ley del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos. Además, mantiene la denuncia pública y legal ante el asesinato y encarcelamiento de compañeros logrando que Amnistía Internacional los declarara presos políticos.
Logró detener, a lo largo de nueve años, 10 proyectos hidroeléctricos que son parte del Plan Puebla Panamá y el TLC, así como generar un proceso participativo de las comunidades, organizaciones y barrios contra la privatización del agua en diferentes municipios, impidiendo la instalación de instituciones técnicas para la privatización del agua, como el USAID y el BID. Para ello, mantiene un proceso de educación popular sobre temas como TLC, transgénicos, privatizaciones de servicios públicos entre ellos, sobre derechos de los pueblos indígenas, radios comunitarias, enfoque de género, experiencias de resistencia, Organismos Financieros Internacionales, militarización, entre otros.
Esta organización ha aportado enormemente en el proceso de reconstrucción nacional posterior a los periodos de guerra y dictaduras. Todo esto, a partir de la formulación y puesta en marcha de un modelo de desarrollo desde la perspectiva indígena y con pertinencia cultural y lingüística, que ciertamente ha tenido y tiene una enorme significación para las comunidades indígenas que históricamente habían sido excluidas en la conducción de su propio destino:
El COPINH a lo largo de su proceso de lucha emancipatoria ha dado un granito en aportar a elevar el nivel de conciencia, impacto, de logros, de incidencia regional y nacional. El apego, el engarce que hace COPINH y su capacidad de movilización, convocatoria, de articulación que lanza, tiene una importancia significativa dentro del movimiento popular e indígena y hemos podido dar un paso en el contexto internacional sumándonos a los esfuerzos y procesos latinoamericanos, siendo así además referente de muchos de estos espacios organizados y con claros posicionamientos anticapitalistas, antipatriarcales, antirracistas. Además, alimentando nuestras esperanzas con la construcción y búsqueda de alternativas dignas, humanas y justas, revalorizando las formas propias comunitarias e indígenas que son alternativas ante el sistema de muerte (Cáceres).

El COPINH a lo largo de su proceso de lucha emancipatoria ha dado un granito en aportar a elevar el nivel de conciencia, impacto, de logros, de incidencia regional y nacional. El apego, el engarce que hace COPINH y su capacidad de movilización, convocatoria, de articulación que lanza, tiene una importancia significativa dentro del movimiento popular e indígena y hemos podido dar un paso en el contexto internacional sumándonos a los esfuerzos y procesos latinoamericanos, siendo así además referente de muchos de estos espacios organizados y con claros posicionamientos anticapitalistas, antipatriarcales, antirracistas. Además, alimentando nuestras esperanzas con la construcción y búsqueda de alternativas dignas, humanas y justas, revalorizando las formas propias comunitarias e indígenas que son alternativas ante el sistema de muerte.

Somos una organización indígena y popular, antipatriarcal, antiimperialista, antineoliberal, sensible ante los problemas, necesidades y derechos de las comunidades indígenas, campesinas y urbanas del pueblo hondureño y del mundo. Trabajando la cultura y cosmovisión indígena y popular para lograr la justicia social reivindicando la lucha y la movilización social.

Las zonas geográficas en donde realizamos nuestro trabajo se concentran específicamente en los departamentos de: Intibucá, La Paz, Lempira, Santa Bárbara y Comayagua.