533 años de resistencia y dignidad indígena
Hoy recordamos el inicio de uno de los procesos más violentos de la historia: la invasión, el saqueo y el intento de exterminio de los pueblos indígenas de Abya Yala. Pero también conmemoramos más de cinco siglos de resistencia, de defensa de la vida, de las culturas y de los territorios. Desde aquel primer momento de invasión hasta hoy, los pueblos seguimos afirmando nuestra existencia y nuestra dignidad frente a todas las formas de opresión.
Desde el COPINH reafirmamos que el colonialismo no ha terminado: hoy se manifiesta en megaproyectos extractivos, en el despojo territorial, en la criminalización de quienes defienden la vida y en un sistema de justicia que sigue protegiendo a los poderosos.
La lucha que empezó hace 533 años sigue viva en cada comunidad que defiende el agua, los bosques y la tierra, en cada guardián y guardiana del territorio, en cada memoria de lucha heredada y en cada semilla sembrada en rebeldía.
Como pueblos Lencas, y junto a otras comunidades indígenas y rurales en lucha, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la vida, los territorios ancestrales y el derecho a la autonomía y autodeterminación de los pueblos.
La resistencia sigue viva en territorios como Montaña Verde, donde las comunidades Lencas enfrentan intentos de despojo por parte de proyectos turísticos, mineros y empresariales que buscan apropiarse de un territorio sagrado, vital para el equilibrio ecológico y cultural del pueblo Lenca.
En la cordillera de Puca Opalaca, en las montañas de Río Blanco, en La Paz, Intibucá y otros territorios, las comunidades continúan resistiendo frente al avance de un modelo extractivista que prioriza la ganancia sobre la vida.
La criminalización, la militarización y la impunidad siguen siendo herramientas del neocolonialismo que buscan acallar las voces de quienes defienden el territorio y los bienes comunes. Nos enfrentamos también al racismo estructural de un sistema que se expresa en las políticas públicas, en la falta de acceso a la justicia, en el abandono institucional y en la negación de nuestros derechos colectivos. Ese mismo racismo que invisibiliza nuestras luchas, nuestras voces y nuestras propuestas de vida.
Exigimos:
- Titulación comunitaria de los territorios indígenas.
- Reconocimiento legal de nuestras formas de gobernanza propia.
- Respeto pleno a nuestros derechos colectivos.
- No más concesiones sin consulta previa, libre e informada.
No más despojo disfrazado de “desarrollo”.Hoy más que nunca reafirmamos que la tierra no se vende, se ama y se defiende.