Manifiesto Rebelde de Mujeres Hondureñas
En el rebelde territorio garífuna de Vallecito, Iriona, Colón, Honduras, con la presencia de los elementos de la naturaleza que hacen crecer la vida y la esperanza de quienes caminamos para llegar al encuentro, donde más de 1200 mujeres y aproximadamente 350 niñas y niños fueron abrazadas por el encuentro como la continuidad de la vida y la palabra provenientes de Choluteca, El Paraíso, Copan, Olancho, Valle, Francisco Morazán, Gracias a Dios, Colón, Yoro, Cortes, Atlántida, Intibucá, Lempira, La Paz, Comayagua, Santa Bárbara.
Con la presencia ancestral de Margarita Murillo, María Enriqueta Matute, Berta Cáceres, Maudalena Morales y tía Macucu, que en un sólo espíritu, pensamiento y fuerza nos acompañan en todas las acciones. Se hicieron sentir las energías del pueblo Tolupán, Lenca, Misquito, Garífuna, Pech, Maya Chortí, y de los pueblos en lucha nos juntamos a diez años del golpe de estado y de la resistencia del pueblo de Honduras, de las mujeres de Honduras.
El Encuentro saluda la fuerza y rebeldía de las mujeres, las que estamos presentes, las que no vinieron, las que no están físicamente. Reconocemos que a pesar de las heridas y dolores de la violencia y opresión que impactan en los cuerpos, territorios y procesos organizativos, tenemos la enorme convicción y decisión de continuar pensando, creando y haciendo juntas.
La fuerza de la cosmovisión de los pueblos indígenas estuvieron presentes y se expresaron en las espiritualidades, las sabidurías, experiencias de resistencia y formas de relacionamiento con la naturaleza y la vida. En debate y conversaciones durante los espacios de comidas, descansos, trabajo fuimos juntando nuestras palabras comunes que compartimos ahora.
El golpe de estado, convertido en dictadura, profundiza el modelo extractivista que atenta contra los proyectos de vida de las mujeres y los pueblos, un régimen de despojo de bienes comunes, identidades, cuerpos, saberes, espiritualidades que se sostiene por la corrupción, impunidad, narcotráfico, militarización, persecución, criminalización de nuestras compañeras que luchan en todos los territorios de Honduras.
Vivimos una crisis humanitaria, producto de ese despojo, que se expresa de manera cruel y contundente en el éxodo migratorio de nuestras hermanas y hermanos provocando el vaciamiento de los territorios que ha generado un terrible impacto sobre las personas y el tejido social comunitario y favorece que los proyectos extractivos encuentren cada vez menos oposición.
Nos llamamos a la urgente necesidad de recuperar y multiplicar las prácticas de autonomía existentes y plantear alternativas soberanas antipatriarcales, antirracistas, inclusivas y diversas, debido al evidente fracaso del ejercicio del poder masculinista basado en el modelo colonial democrático electorero, que atenta contra las mujeres y los pueblos.
Vemos con preocupación el aumento de las violencias normalizadas contra los cuerpos de las mujeres que se convierten en un territorio donde queda marcada la frustración de una cultura machista y heteropatriarcal, protagonizada muchas veces por hombres del movimiento social, y alentada por el incremento de la militarización y el fundamentalismo religioso. Es cierto que se ha retrocedido, pero a la vez se ha fortalecido el papel de las mujeres en la lucha con mayor claridad política, conocimiento, capacidad movilizadora y avivamiento de diversas luchas donde han estado colocando de frente su pensamiento, su voz, sus cuerpos y su accionar. Ninguna violencia va a detenernos.
Desde este encuentro nos comprometemos a seguir juntándonos en rebeldía colectiva, acuerpar las luchas de todas y repensar una Honduras sin dictadura, con autonomía y soberanías populares y de las mujeres.
A diez años del golpe, seguimos luchando juntas.
Por una Honduras sin dictadura.
Vallecito, Iriona, Colón 29 de junio del 2019