La noche del 2 de marzo de 2016 en La Esperanza, Honduras, Gustavo Castro Soto, miembro de la organización “Amigos de la tierra”, escuchó como Berta Cáceres preguntaba “¿Quién está ahí?”. Unos instantes después, oyó el disparo que terminó con la vida de la activista. Castro Soto también resultó herido y tuvo que fingir su muerte para que no lo rematen.
