A 9 años del Golpe de Estado de 2009 no permitiremos que avance la tiranía
Hoy se cumplen 9 años de un Golpe de Estado que sigue siendo muy cercano y sentido para el pueblo hondureño. Este golpe se concreta en el retorcido proyecto de saqueo, despojo, violencia, militarización, asesinatos, impunidad, corrupción y nefastas leyes que profundizan cada uno de los anteriores fenómenos.
Hoy no es un día de silencio como no lo fueron los meses sucesivos al hecho que golpeó -no a un presidente- sino a un pueblo hundido en una situación de la que al día de hoy no sale, ni saldrá fácilmente.
Ese Golpe fue el inicio de los golpes de Estado de nuevo tipo para América Latina. Un golpe militar, en el que ya no son los sectores políticos los que derrocan presidentes y proyectos políticos, sino que son las fuerzas económicas -las oligarquías- que no permiten el mínimo estancamiento del proyecto neoliberal y que estropean voluntades populares sin ningún recelo. Oligarquías pujantes para promover un agresivo modelo de despojo y privatización en la que se ven afectados fundamentalmente los pueblos indígenas abrumados por proyectos extractivos que les violentan llevando la sombra del abuso y despojo.
Denunciamos que ese proceso de acelerada neoliberalización ha significado para muchas comunidades la instalación de una dinámica de corrupción cultural en el que empresas y gobierno dan las migajas o proyectos que perpetúan el despojo, como también la pérdida del Estado de derecho y pérdida de las prácticas autonómicas y de verdadera democracia comunitaria.
Podemos afirmar que vivimos en una época de Golpe de Estado continuado que ha dejado a miles de víctimas debido a la ampliación y profundización de la violencia generalizada que no resuelve necesidades fundamentales del pueblo: educación, salud, empleo, tierra, viviendas dignas, derechos humanos, entre otros. Entre las muchas víctimas está Berta Cáceres asesinada en un crimen de Estado que reflejó la armónica actuación conjunta de empresas privada y Estado para sembrar el temor en un camino de ferviente lucha.
Pero lo valioso es que este día nos recuerda la profunda necesidad de actuar para cambiar urgentemente este nefasto destino diseñado desde esas cúpulas que han sido más que beneficiadas con jugosos y torcidos negocios.
Para las organizaciones populares y el pueblo deseoso de parar y transformar el contexto actual han sido 9 años de organización y aprendizaje que son semilla de un proceso que va a tener que culminar en el derrocamiento de la tiranía. No se puede obviar en este proceso de crecimiento organizativo el fuerte levantamiento en el marco del fraude electoral dado en noviembre, diciembre y enero donde destacó la juventud y que es claro síntoma de cambios de época y conciencia.