Si se permite este golpe vamos a retroceder a las épocas cruentas en América Latina
Salvador Zúñiga es un veterano líder de los pueblos indígenas de Honduras, sobre la situación en su país en éste momento. Zúñiga, quien actualmente se encuentra en uno de los campamentos de hondureños refugiados en el departamento de Nueva Segovia, cuenta sobre la represión militar que sufrió el grupo de 300 con que viajó hacia la frontera nicaragüense para encontrarse con el Presidente Manuel Zelaya la semana pasada. También habla sobre el peligro de que la actual situación en Honduras tenga fuertes repercusiones no solo en la región centroamericana sino en toda América Latina.
Tortilla con Sal: Estamos con Salvador Zúñiga. ¿Cómo se llama la organización con que trabaja?
Salvador Zúñiga: COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras). … (Con respeto a la situación en Honduras) se está haciendo una guerra contra un pueblo desarmado, contra un pueblo que lo único que hace es reclamar, que se reinstale al presidente por el cuál votamos para cuatro años.
En esta guerra hay encarcelamientos. Han llegado a encarcelar diariamente hasta trescientas personas. En El Paraíso ya no cabían en la bartolina de la policía y llevaron hasta el estadio a la gente.
Han asesinado gente, así como los escuadrones de la muerte, que después que van a la manifestación los secuestran, y luego los matan torturados, los desgollan, y los van a tirar a la par de la movilización. Eso fue el caso de Pedro Magdiel. Que de esa manera lo capturaron.
Vemos al ejército disparar contra una manifestación produciendo un montón de heridos, y luego hay un muerto, y dice el Procurador de lo Derechos Humanos, el golpista Ramón Custodio López, que eran balas de goma las que disparaban. Y se ha comprobado que son balas de fusil M-16. En todo el país hay una persecución.
Ellos (los golpistas) siempre han violado la constitución de la República de Honduras. La violaron cuando hubo la presencia de la contrarevolución (nicaragüense) en Honduras, la presencia de las tropas norteamericanas, cuando desaparecieron gente en los 80s, todo estos hechos son violaciones a la constitución.
Dice la constitución que no deben de haber clases privilegiados en Honduras, y sin embargo, estos grupos fácticos, poderosos, se están adueñando de los ríos para hacer represas, vender la energía eléctrica y beneficiarse. Tienen un subsidio anual de parte del Estado de 20,000 millones de lempiras. Los ricos, los grupos fácticos, los poderosos que mandan.
Han violado la constitución cuando nos pusieron un presidente panameño, que lo impusieron, era Ricardo Maduro. Eso fue una violación a la constitución de la República.
Y sencillamente por una consulta popular que estaba implementando el Presidente de la República Manuel Zelaya, que no era una consulta vinculante, sino que era para saber la opinión de los hondureños, para saber si estaba o no estaba de acuerdo con que en las elecciónes de noviembre se instalara una cuarta urna.
Hay una urna donde se depositan los votos para alcaldes, otra para los diputados, otra para el presidente, y esa cuarta urna era para depositar la respuesta a una pregunta que diría – \“¿está Usted de acuerdo con que se convoque a una asamblea nacional constituyente?\” Sí o no.
En el sistema democrático republicano la soberanía no es del rey, ni es de la reina, porque no hay rey ni reina. En el sistema democrático no es un Estado autocrático que sea el representante, entre comillas, de Dios, que se supone que es el santo papa, o algo así, el que gobierna la soberanía.
La soberanía, dice nuestra constitución, es del pueblo. Y entonces ¿por qué un Golpe de Estado? Dicen ellos que fue porque Mel quería violar la constitución de la República. Pero la constitución establece precisamente que la soberanía corresponde al pueblo. Pero también dice que entre las funciones del Presidente está cumplir y hacer cumplir la constitución de la República y los convenios internacionales. Y hay convenios internacionales que establecen que nosotros, el pueblo, tenemos el derecho a la expresión.
Entonces sencillamente era una pregunta, una consulta, y se desató una persecución tremenda.
Nosotros, para venir a recibir al Presidente que el pueblo de Honduras eligió para cuatro años, veníamos como trescientas personas, y nos paraban en un lado, cortando el derecho a la libre movilización. Después nos quitaron los buses, y después nosotros caminando y nos estaban persiguiendo.
TcS: ¿En qué punto les quitaron los buses?
SZ: En la salida Tegucigalpa a la altura del desvío de Tatumbla .
TcS: ¡Pero eso es mejor dicho antes de salir de Tegucigalpa!
SZ: Sí. Y venimos de allá caminando, caminando, caminando. Llegamos al segundo reten que está en Zambrano, lo burlamos. Llegamos al tercero que está en Ojo de Agua, lo burlamos a pie siempre. Llegamos a otro que estaba de Las Crucitas más arriba, lo burlamos. Después otro en Arenales, ahí estaba la Primera Dama de la nación. Igual, lo burlamos, y de ahí comenzó la persecución porque nos salieron adelante.
Veníamos caminando por la carretera y allí tomamos un desvío para burlarlos, porque estaban adelante, y luego comenzaron a disparar.
TcS: ¿Con tiros vivos?
SZ: Con tiros vivos, claro. Y entonces desde allí para acá comenzamos a caminar, no por calles, ni carretera, sino por la plena montaña. Cuando veníamos saliendo ya no nos vieron, los perdimos.
En el camino ya no nos seguían por tierra, sino que comenzaron los Tucanes, los aviones de guerra, a seguirnos. Son aviones de guerra, para matar. Luego en medio del monte, todos lastimados, gente golpeada.
En el camino salimos de un pueblo que se llama San Matias, que es de El Paraíso. Ahí mismo la Policía, al ver que estábamos llegando, porque había gente que decía \“allí están … \”
TcS: ¿Orejas?
SZ: Sí, orejas de la Policía. Entonces tuvimos que agarrar río abajo, río abajo para llegar a una aldea que se llama Santa Rosa. Pero mire, es un camino que en verdad, compañera, terrible, de noche, sin luz. Y llegamos a Santa Rosa, y allí comenzó otra vez la persecución porque otra vez nos volvieron a denunciar. Entonces tuvimos que salir hasta llegar otra vez a El Paraíso.
En El Paraíso fuimos a apoyar la toma (de la carretera) que estaba, para que con toda la gente allí nos diéramos calor. Allí estuvimos durmiendo una noche.
Luego el siguiente día hicimos la maniobra para trasladarnos aquí a Nicaragua. Y entonces, setenta agarraron para un lado, y los otros para otro. A los setenta los cercó el ejército, fusil en mano, ¿me entiende? Los agarraron y los llevaron a las bartolinas del ejército en El Paraíso. Luego los metieron en furgones cerrados, y les metieron llaves, y los mandaron para Tegucigalpa.
Se habían quedado otros compañeros en la toma, el siguiente día los cercaron también, los agarraron y los metieron a furgones también, y los llevaron para San Pedro Sula. Hubo gente que iba casi ahogándose. Casi ahogándose, una cosa terrible y descabellada.
Es decir, no era una columna armada, la gente no llevaba pero ni un cuchillo para partir monte, y un ejército encima, solo por venir a recibir al Presidente y protestar contra un golpe de estado.
Tuvimos que pasar otra vez por montaña hasta que venimos aquí a Nicaragua, y de aquí pues, ver como ayudar a que retorne el Presidente a Honduras.
Pero lo que está pasando en el país es una cosa increíble. Retrocedimos treinta años. Nosotros pensamos que lo de los golpes de estado ya era una cosa desfasada. Mucho menos pensar en que se iba a utilizar una fuerza armada, con todas sus armas, con sus aviones, para reprimir a una población.
Es una cosa insensato. Pero si Usted va allí no masito, ya están las postas del ejército, y esto está pasando en todo el país. En todo el país, gente que la desaparecen, la agarran, la capturan y la desaparecen, no vuelven.
Hay una cantidad de gente que en San Pedro Sula, desaparecieron a dos muchachos del Partido de Unificación Democrática y del Bloque Popular. Y hay gente que anda así con tiros, con raspones, porque en la calle es así, que lo rozaron, y lo dejaron.
Entonces uno dice – ¿qué es esto? No es posible. Por una transformación democrática. Y ellos (los golpistas) dicen que esto es comunismo, que va a venir Chávez. ¡Mentiras! ¡Mentiras! Es un pretexto para reprimir. Pero no se imagina lo que hemos vivido. Y mire, ahora aquí estamos y estamos contentos porque estamos bajo techos y dormimos.
En el monte encima del charco, con lluvia y todo eso. Y eso no solo fue un asunto de nosotros, que finalmente después de haber salido trescientos, solo pudimos llegar aquí como cuarenta personas. La mayoría de la gente quedó detenida. Hoy mismo detuvieron a otros doce, diez de los garífuna que venían con sus tambores, y dos de COPINH.
Pero ¿qué es esto? dice uno. Una cosa descabellada. Un estado prácticamente de guerra. El estado de sitio no es de séis a séis, como era en El Salvador para la guerra, de séis de la tarde hasta séis de la mañana. En Honduras el estado de sitio es continuo.
Yo me zafé de la columna, del grupito que veníamos, varias veces para ir a comprar comida, y la gente con aquel miedo, con aquel susto. No le permiten ir a El Paraíso a comprar porque han impuesto un toque de queda criminal, de día y de noche. La gente puede ser detenida en Tegucigalpa, en cualquier lugar.
Habían dos muertos anteayer durante una partida de fútbol. Estaban los de Motagua jugando contra los de Olimpia, que son los dos equipos más famosos de Honduras. Entonces cuando salieron estaba la Policía allí y la gente se indignó, se les vino encima lo tenso del golpe de estado y comenzaron a gritarle \“fuera golpistas, fuera golpistas.\” La Policía comenzaron a disparar, y hubieron dos muertes, jóvenes, con toda una vida por adelante.
Uno dice – ¿cómo está nuestro país? En unas circunstancias tan difíciles. Estamos en que, se perdió completamente todo. Retrocedimos años y años, años y años. En este sentido nosotros, pues, tenemos un panorama muy oscuro porque, aunque el Presidente se restituya, nosotros no quisiéramos que las negociaciones permitiera una impunidad, que se fuera a permitir una amnistía para crímenes en contra de civiles.
Es diferente cuando son delitos de carácter político, pero crímenes como éstos, disparar en contra de gente desarmada. Y en esto, sin duda, hay una gran intervención de la ultra derecha venezolana que fue la que comenzó a trabajar el golpe de estado ( Robert Carmona con Otto Reich para convertir a Honduras en lo que casi siempre le ha dado ) el papel de una base del terrorismo para agredir los procesos democráticos.
Esto es un golpe de estado no solo contra Honduras, es un golpe de estado contra el región centroamericana y en contra de América Latina. Si se permite este golpe de Estado, puede ser que sigue Guatemala, puede ser que sigue El Salvador. Y entonces otra vez los ejércitos, las fuerzas armadas van a comenzar a tomar decisiones de beligerancia deliberantes en América Latina. Y vamos a retroceder a la época de guerrillas también. A las épocas cruentas.
Nosotros en Honduras estamos haciendo todo lo posible para derrotar la dictadura sin llegar a utilizar ni una arma, ni un cortauña. Y aunque sea iluso pensar que sí se puede, que con las ideas, que con la movilización, que con la resistencia cívica podemos derrotarlos, sería muy triste si esto fracasara y se llegara a un nivel de confrontación armada.
Es un escenario que está muy próximo, el escenario de la guerra civil, un escenario que desgraciadamente siempre lo sufre más la gente pobre, niños, niñas, y todos. Ojalá que no se vaya a dar.
Sin embargo la comunidad internacional también tiene que jugar su papel. Nuestro pueblo ahorita se bate en una lucha desigual, en una lucha que es desarmados contra armados. De gente no violenta contra gente muy violenta.
Hay un personaje oscuro en la historia del país que se llama Billy Joya Méndola. Él con Alexander Hérnandez y otra gente, Juán Evangelista López fueron de los que desaparecieron gente. En este gobierno ya lo tienen a Billy Joya de ministro asesor en materia de seguridad. Él es que está haciendo la guerra sucia de las torturas, de los desaparecidos.
Y ahorita ¿quién está al otro lado dirigiendo la operación? El Tigre Bonilla (Coronel Arturo Corrales). Uno de los personajes terribles. También era de los escuadrones de la muerte.
¡Es increíble! Imagínese, vaya, en El Salvador, por ejemplo, la confrontación fue armada. El pueblo tuvo que armarse y tuvo que luchar. Pero en Honduras el pueblo está desarmado completamente. Y la gente está luchando, se está moviendo todos los días. No hay un día que no ha habido una acción de resistencia desde el 28 de junio. Todos los días, a pesar de lo que han querido.
Pero simplemente cuando veníamos para acá, cuando nos juntamos en la salida sur, en Plaza Villas del Sol, estábamos allí con banderas y todo, ya que veníamos para acá, y había aviones de combate encima de la manifestación. Y uno dice – ¿será que piensan utilizarlos? Pero el simple hecho de que sobrevuelan para hacer guerra psicológica.
Ahora la gente está con miedo, está temerosa allá en Danlí. Ahora la gente con solo verlos se pone a temblar. ¡Cuídense! dicen. La gente está en una situación difícil. Cuando va a las manifestaciones, ahí está activa y toda. Pero cuando ya está sola entre en una situación de pánico….
(Sobre la situación de los soldados) … hay un montón de soldados que se están enfermando, y también no les han pagado el mes de junio, y los tienen sin darles fin de semana.
La operación psicológica que están haciendo incluye una dosis de pastillas que les dan a los soldados. Esta pastilla les pone los ojos rojos y les aumenta la agresividad. Luego sacan un polvera que tienen en los piquetes, así atravesados, un polvo que es como de bomba lacrimógena, y se lo andan pasando así, y los hace llorar a ellos. Y después de esto ellos tienen que hacer maniobras y ejercicios. Pero no están comiendo bien. Esa pastilla que les dan les calma el hambre.
Hay muchos muchachos del ejército que están, o sea los tienen en un situación de guerra contra un enemigo que es el pueblo, y hay muchos que se quieren ir. Es algo que no tiene sentido librar una guerra contra gente civil desarmada, a los cuáles les obligan disparar.
En el estadio, que decía Ramón Custodia que eran balas de goma, esos eran balas vivas, 5.56, de M-16.
Entonces la situación de los militares es … es un abuso de los derechos humanos de ellos mismos, porque mantenerlos en estado drogado todo el tiempo para no llevarles comida es una cosa tremenda.
Y ayer a la zona, vino Billy Joya, vino a hacer un levantamiento de la situación operativa y a preparar las operaciones de represión a la población. A la propia Doña Xiomara (de Zelaya) un soldado le puso la pistola cuando estaba en un reten. Cosas increíbles.